Desde distintos organismos internacionales se exhorta a terminar con cualquier modalidad de discriminación, al considerar que con ello se logrará reconstruir el tejido social, asegurado a partir del impulso de una educación integral para todos. Se trata de consolidar una educación justa y equitativa, democrática y participativa, lo que, sin duda, convierte esta perspectiva en un proyecto político. Para ello es preciso mantener una vigilancia reflexiva y crítica, en busca de reconstruir el campo teórico que actualmente explica este fenómeno, mismo que oriente nuevas alternativas metodológicas en busca de un mejor acercamiento con la realidad cotidiana dentro de las escuelas, sobre todo de nivel superior. Para ello habrá que aceptar que, educar para la diversidad involucra una vertiente que cuestiona severamente al discurso oficial, al debatir las formas tradicionales de organización escolar. Circunstancias políticas y sociales que son analizadas en busca de esclarecer los dilemas que enfrenta la educación inclusiva.