El carácter familiar es un reflejo de la realidad de la vida social.  Se sustenta en las familias, principalmente aquellas que funcionan y permanecen en el tiempo, creando un haz de relaciones interpersonales e intergeneracionales. Su presencia otorga  estabilidad y continuidad en el tiempo a  sus integrantes y, promueve   un proyecto que trasciende a cada uno y genera bienestar para todos.La familia, formadora primigenia, acoge, escucha, comprende, advierte y aconseja, por ende es necesario la renovación de la familia de siempre para tiempos nuevos.

Apoyar a la familia en su parte orgánica, estructural y funcional que como todo ser vivo, requiere conservarse y renovarse, reforzando el matrimonio estable, prestigiando y favoreciendo la maternidad, formando familias fuertes y estables. La institución familiar es un referente como soporte de la sociedad, al anteponer en su actuación diaria, los principios morales y éticos, así como la honestidad.